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CICUTA

Cicuta

Jaime Flores Martínez

Grotesco

Orgullosos de hacer el ridículo por enésima vez en su vida, un nutrido grupo de policías municipales arrestaron en martes a una peligrosísima ama de casa que, al filo del mediodía, aun vestía pijama y trasladaba una vieja lavadora en la caja de su camioneta.

Y es que la movilización policiaca resulto tan impresionante que cualquiera diría que los policías intentaban capturar a un influyente capo que viajaba escoltado por medio centenar de pistoleros. La radio frecuencia que utiliza la corporación se saturo pasada la una de la tarde. En una muestra de su poderío, los policías cerraron la Avenida Internacional y colocaron filtros en todo el primer cuadro de la ciudad, con la intención de interceptar al conductor de una camioneta Tundra, color café, con placas de California.

El reporte recibido, advertía que en ese vehículo viajaban hombres armados que momentos antes se habían robado una lavadora de una vetusta negociación dedicada a la venta de vejestorios disfrazados de lavadoras. Media hora antes de tan intenso operativo policiaco, la señora Flerida Serrano acudió al Bazar Ordoñez para exigir la devolución de su dinero. Justo un día antes había comprado una lavadora en aparente buen estado por la cantidad de 160 dólares.

La mentada lavadora no servía y de inmediato   la mujer comprendió que la habían timado. Por eso decidió regresar "la mercancía" para que -a su vez- le regresaran su dinero.

Un cuarentón mugriento, mal encarado, insolente y descarado,  se atrevió a decirle que "no le regresaría su dinero porque ya se lo había gastado". Le dijo que podía entregarle otra lavadora, aunque ya en la caja de la camioneta le advirtió que "tendría que pagarle otros 115 dólares". La reacción natural de la señora Flerida fue mostrarse indignada:  ¿Cómo es posible que el obeso sujeto que la había timado pretendiera exprimirla con otros 115 dólares?

Después de lanzarle justificados insultos, la mujer subió a su camioneta y emprendió la marcha.

Iracundo, ante el gesto de tan valerosa mujer que mostro que tenia enormes  cojones, el cobarde sujeto llamo a la policía para chillar que "una ratera le había despojado de una lavadora". !Una señora me robo mis pantalones!, lloriqueo al llamar al 066.

Por eso un batallón de audaces policías desataron la cacería sobre una ciudadana inconforme por el atropello que le regalo un tipo tan pusilánime como  abusivo.

El caso es que una decena de patrullas interceptaron a Flerida Serrano a la altura de la Calle Segunda en la Zona Centro. Los valientes uniformados tomaron todas las precauciones del caso; prendieron torretas y sirenas,  apuntaron sus armas, utilizaron chalecos antibalas, portaron sus pasamontañas y reportaron cada detalle a sus superiores: todos ellos, en una acción quirúrgicamente coordinada, habían detenido, ellos solitos, a una peligrosa ama de casa vestida con su pijama, pero  armada con su dignidad y su resistencia a ser vejada.

Con el obeso acusador presente, los policías trasladaron a la peligrosa ama de casa ante la juez calificadora de la delegación Playas de Tijuana Ana Isabel Rentería López.

En su papel de mediadora, la abogada Rentería intento, una y otra vez, que las partes llegaran a un acuerdo conveniente para ambos.

Mientras la mujer pedía con toda justicia que le reintegraran su dinero, el sujeto mal encarado, amenazaba con denunciar a la señora por el delito de robo. !imaginemos tamaña cobardía! !Hágame favor!

Luego de plasmar la situación en un libro de actas, la licenciada Rentería les explico cuáles eran sus alternativas y les permitió retirarse. La mujer se quedo sin lavadora, sin su dinero y con un amargo sabor de boca. Ahora tendrá que presentar su denuncia en Profeco y esperar a que el practicante del fraude le presente una denuncia ante el agente del Ministerio Público del Fuero Común, donde la acusara de robo.

Si bien se trata de un asunto domestico entre una ama de casa y un comerciante, llama la atención que una ama de casa común, haya tenido la capacidad de movilizar a la mitad de la Policía Municipal de Tijuana, algo que los delincuentes son incapaces de hacer, es decir los policías.

Deseos

Tradicionalmente Cicuta ha publicado los deseos de año nuevo que tendían algunos personajes de la vida pública de Baja California. Ante lo limitado del espacio, el escribiente solo logro captar algunos de los buenos deseos de unos cuantos servidores públicos.

El gobernador José Guadalupe Osuna Millán desea… que su hígado se mantenga sano ante los berrinches que le han generado los legisladores priistas; El alcalde de Tijuana Carlos Bustamante Anchondo desea… que aquellos que le estrechan la mano "no lo llenen de mayonesa"; El alcalde de Ensenada Enrique Pelayo Torres… desea que sus operadores políticos le abran la puerta para integrarse a los beneficiarios del proyecto Punta Colonet; El alcalde de Rosarito Javier Robles Aguirre… desea deslindarse  del tráfico de indocumentados que se da desde Popotla; el alcalde de Tecate, Javier Urbalejo Cinco… desea que el panista Alfonso Álvarez Juan deje de fastidiarle la vida y el alcalde de Mexicali Francisco Pérez Tejada… desea que Castro Trenti deje de meter la nariz en su gobierno.

Cicuta le desea de todo corazón… Feliz año nuevo

Comentarios: cicuta45@gmail.com

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