CICUTA

Cicuta

Jaime Flores Martínez

Neurótico

Decidido a probar  que detrás de  su mísera figura se escondía la  autoridad, aquel uniformado sometió a un frágil jovencito que intentó evitar que golpearan a su padre. A sus 16 años, Oscar creyó que tan abusivo uniformado atendería su llamado. Su fragilidad le importo sombrilla  a un policía intolerante y neurótico.

El incidente se registro la tarde del pasado domingo muy cerca de la Garita de San Isidro. El conductor de un automóvil  compacto le pidió a un policía municipal que le ayudara a meterse en la larguísima fila de vehículos que a esa hora intentaban ingresar a Estados Unidos. El padre de familia le explico que uno de sus hijos necesitaba inyectarse. Le dijo que debía cruzar la frontera cuanto antes, pues la salud de su hijo estaba  en riesgo.

Todos los argumentos que ofreció el ciudadano fueron desestimados por un  policía neurótico ataviado con uniforme negro. Con un genio de los mil demonios, aquel policía de tez blanca, cabello oscuro, de unos 32 años, propino un empellón a tan insistente ciudadano: lárguese de aquí, le dijo y comenzó la perorata: ! Váyase a la china! Dijo el policía. -Váyase usted! reviro el ciudadano.

En cuestión de segundos el policía ya se encontraba sobre el vapuleado ciudadano, quien responde al nombre de José Alarcón y tiene 35 años. Al testificar el abuso, su hijo Christian, de 18 años, descendió de vehículo para recibir también una golpiza. Los tripulantes de tres patrullas llegaron al sitio en cuestión de segundos. Hasta parece que les llamo un ciudadano común. Tan ruidosa estaba la trifulca que Oscar, el jovencito de 16 años, bajo del automóvil y poso su mano en el antebrazo del furibundo policía que golpeaba a su padre.

La reacción paralizo a quienes observaban el incidente: el gorila uniformado tomo del cuello al menudo muchachito y lo azoto contra el piso. Con tal de manifestar su extraordinaria fuerza, coloco su brazo alrededor de su cuello hasta dejarlo inmóvil.

Ya totalmente sometidos, don José y su hijo Christian fueron trasladados a la sección patrullas de la zona norte de Tijuana, mientras el vapuleado Oscar y su hermanito José (quien por cierto tiene síndrome Down) permanecieron en el auto que --mas tarde-- fue remolcado por una grúa.

Resulta inconcebible que desde las 7 de la noche, estos niños permanecieron en el auto estacionado afuera de la sección patrullas. Allí permanecieron hasta la una de la mañana sin agua ni alimentos, hasta que un tío de ambos acudió a rescatarlos.

En relación a don José y su hijo Christian, hasta el medio día del lunes pudieron abandonar los separos en la Procuraduría de Justicia del Estado, donde el agente del ministerio público los acuso de agredir a la autoridad y destrozarle su uniforme. Pagaron 2 mil 500 pesos de multa y 3 mil 500 para la reposición del uniforme. Maltrechos por la golpiza y por la noche de encierro, acudieron a presentar su queja ante la Sindicatura donde despacha la arquitecta Yolanda Enríquez.  Bueno, al menos, allí despacha, aunque no resuelva.

Pasivo

Muy sospechosa resulta la pasividad del dirigente nacional del PRI Humberto Moreira sobre la aprehensión del empresario Jorge Hank Rhon.

Acostumbrados a sus reacciones virulentas ante las injusticias, algunos priistas no dan crédito a la pausada actitud de Moreira. Dos días después del arresto de Hank, lo menos que se esperaba era una declaración de guerra contra el gobierno de Felipe Calderón, pero nada. Algunos observadores aseguran que el supuesto arsenal encontrado por los militares, es solo un pretexto, aunque otros predicen que el gobierno federal podría salir con una sorpresa mediática.

La especulación es que Calderón le notifico a Moreira sobre "algo" que le saben a Hank. Si eso se apega a la realidad, seguramente los priistas inquietos justificarían la extraña pasividad de Moreira.

Aquí se señaló que -por lo visto- Calderón Hinojosa fue el encargado de palomear el burdo operativo militar que incluyo ignorar la presentación de los amparos concedidos por la justicia federal para evitar la incomunicación y el traslado de Hank a la SIEDO.

En una mente sensata no cabe que Calderón hubiese avalado una estrategia tan desaseada y exhibir al Ejercito Mexicano. No es concebible tamaña orden. Algo debe tener Calderón bajo el brazo y -por lo visto- ya se lo dijo a Humberto Moreira. Por eso esta sospechosamente tranquilo.

Versión

Un político bajacaliforniano que acostumbra construir escenarios que pudieran presentarse en tiempos no muy lejanos, ubica al alcalde de Ensenada Enrique Pelayo Torres como el tercero en discordia en la carrera por la candidatura priista a la gubernatura.

Los argumentos que trae son harto sencillos: Enrique Pelayo Torres es amigo personal de Humberto Moreira y del diputado federal priista Humberto Lepe Lepe. Sus amarres incluyen al priista-perredista-panista Jaime Martínez Veloz y –dicen—la ex dirigente nacional del PRI Beatriz Paredes Rangel.

Si le tocara a Moreira elegir al candidato de su partido para el 2013, seguramente el elegido seria Enrique Pelayo. Claro, siempre que no se revelara quien es el culpable del asesinato del regidor tricolor Arturo Castellanos. Acribillado en febrero del año pasado. Créame, eso daría al traste con sus aspiraciones.

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