Cicuta
Jaime flores Martínez
Verdes
Arraigado en la Ciudad de México por sus presuntos vínculos con la delincuencia organizada, el general Tomás Ángeles Dauahare acostumbraba visitar Tijuana para hacer negocios y visitar a sus amigos. El ex subsecretario de la Defensa Nacional sostenía entrevistas con algunos empresarios locales dedicados a la seguridad privada.
Un empresario mencionado en aquella ocasión en esta columna, contactó con Cicuta para aclararle que no tenía ningún vínculo con la empresa Sistema Integral de Protección y Defensa (SIPD), un consorcio que resultaba beneficiado con aquella decisión del Ejercito de prohibir que las policías locales "rentaran" a sus agentes como escoltas o para cuidar empresas. Visiblemente asustado, sin exponer sus argumentos, dicho personaje solicitó al escribiente omitir su nombre
La noche del pasado martes, elementos del Ejército Mexicano y de la Procuraduría General de la República (PGR) arrestaron en Iztapalapa al general Tomás Ángeles Dauahare, a quien de inmediato presentaron ante la Subprocuraduría de Investigación contra la Delincuencia Organizada (Siedo). A este general lo vincularon con el cartel de los hermanos Beltrán Leyva. Paralelamente también fue detenido el general brigadier en activo Roberto Dawe González. A finales de la semana pasada otro general, Ricardo Escorcia Vargas también fue arrestado y el mismo viernes se confirmó la aprehensión del Coronel de caballería retirado Isidro de Jesús Hernández Soto.
Observadores de la política consideran que el aseguramiento de estos tres generales y un teniente coronel se convierte en un golpe espectacular que abona al desprestigio el ejército mexicano en la etapa final de la administración de Felipe Calderón. Un periodista local estimó la semana concluida que vincular militares con la delincuencia organizada significa el fracaso del gobierno mexicano en su lucha contra el narcotráfico. En otras palabra no se entiende cómo el próximo gobierno mantendrá a los militares en el combate al narco. Dicho de otra manera, si los altos mandos están vinculados con el narco difícilmente puede creerse que la tropa vaya atacar a la delincuencia de manera frontal.
Ya aunque la intención del gobierno mexicano es desvincular la aprensión de estos militares con temas de corte político, el fin de semana se reiteró que Tomás Ángeles Dauahare era considerado por el candidato presidencial priísta Enrique Peña Nieto como "posible" próximo secretario de la defensa nacional. El pasado día 9, durante un foro de seguridad organizado por la fundación Colosio en San Luis Potosí, el general Ángeles se fue para garganta del presidente al decir que actualmente "no hay una estrategia de seguridad nacional".
Ese día l presidente la Fundación Colosio, César Camacho Quiróz aseguró que los expositores en la plataforma electoral de Peña Nieto estaban contemplados a puestos importantes en cuanto asumiera la presidencia. Habrá que subrayar que la posición del general Ángeles sería fundamental para las estrategias de Peña Nieto, sobre todo porque Ángeles se había convertido en detractor del general Guillermo Galván Galván y del propio secreto de seguridad pública federal Genaro García Luna. Tomás Ángeles es un absoluto conocedor los métodos de seguridad implementados por el presidente a través del ejército
A mediados del 2007 el general Tomás Ángeles Dauahare estableció su residencia temporal en la ciudad de Tijuana. Aquí contactó con empresarios dedicados al ramo de la seguridad privada. Por aquellos tiempos el empresario no identificado con ojos medianamente razgados, era socio de dos personajes que representan a la empresa Sistema Integral de Seguridad Escolta y Defensa (Siped), Gabriel Parra y Javier Hernández Tovalin.
El empresario de baja estatura, presumió al presentar a sus amigos al general Tomás Ángeles, a quien visualizaba como próximo secretario de la defensa. No se podían ofrecer mayores garantías para que inversionistas aceptaran entrarle con su dinero a la empresa de seguridad. Tan altos niveles alcanzaron (el general Ángeles y su activo promotor) que ambos establecieron un acuerdo por un empresario tijuanense de origen judío. Para mas datos este hombre es considerado el cerebro de un evento internacional presentado con mucho éxito hace un par de años en el Centro Cultural Tijuana. Los socios, pues, son de altura.
Chaquetero
Muy activo anda el ex director de Desarrollo Social Miguel Medrano Valero, quien --por cierto--no tuvo empacho en desmantelar la dependencia para demostrar su peso. El señor Medrano se enfureció con David Saul Guakil porque se atrevió a despedirlo.
Su ex patrón no toleró que protegiera a personas que no eran de sus afectos. Medrano desafió a David Saúl Guakil y por eso lo corrió. Sin embargo, el joven Medrano debió jurar una dulce venganza contra Saúl Guakil, quien ahora despacha como coordinador estatal de la campaña de Enrique Peña Nieto. Hace algunas semanas, Medrano Diseño un plan para despedazar a Saul Guakil . Su intención fue poner a disposición de los detractores de David Saúl toda la información de la Desom que podría utilizarse en la campaña política.
Fue tanto el rencor que acumuló contra David Saul Guakil que no tuvo empacho en reunirse con el secretario general de gobierno del Estado Cuauhtémoc Cardona Benavides y con el secretario general del Comité Ejecutivo Estatal del PAN Ismael Chacón Guereña. En otras palabras a Medrano no le importó traicionar sus ideales con tal de vengarse. Una versión no confirmada asegura que Medrano también pacto con el senador priísta Fernando Castro Trenti, lo que resultaría más lógico al tratarse del mismo partido. Ahora Medrano quiere ser procurador de los derechos humanos. Al menos eso pregona. Pobres clases vulnerables,
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Jaime Flores Martinez
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