cicuta

 

Cicuta

Jaime Flores Martínez

Pugna

Complicadísima la tendrá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para resolver la pugna por la primera minoría hacia el Senado de la República por Baja California. La máxima autoridad electoral no podrá esquivar los yerros del IFE a pesar de su millonario presupuesto.

Y es que la cerrada competencia entre el aspirante priísta Eligio Valencia Roque y el candidato de la izquierda Marco Blázquez justifica la intervención de los tribunales. Si bien Blázquez adelanta a Eligio con 160 votos, también es cierto que la autoridad electoral anuló unos 7 mil votos a favor de Eligio porque los electores se confundieron y marcaron al PRI y al Partido Verde  al desconocer que los aspirantes al senado no iban en coalición.

Esos bajacalifornianos que votaron por Eligio cometieron el error de tachar también el logotipo del Partido Verde. Cierto que el PRI y los verdes  fueron juntos en la contienda presidencial pero no por la Senaduría en el Estado. El IFE no previó que -al marcar más de un emblema-- se provocaría una enorme confusión.

Al iniciar el conteo de los sufragios los funcionarios de casilla anularon justificadamente una importante cantidad de votos porque los ciudadanos marcaron al PRI y al PVEM en la boleta para elegir senadores. Esos funcionarios cumplieron con su deber aunque el resultado es ahora que la pugna acabara en escritorio del Trife.

 Marco Antonio Blázquez, candidato de la izquierda,  está en todo su derecho de reclamar su triunfo así fuera por un solo voto , aunque Eligio Valencia justificadamente truena porque le anulan una cantidad de votos que hubiesen significado un triunfo holgado.

Por eso Cicuta observa que el Tribunal Electoral deberá desenredar una madeja creada por la propia autoridad electoral. Tradicionalmente los mexicanos siempre marcaron un solo emblema partidista en su boleta, pero ahora el IFE permitió que el elector tachara hasta tres recuadros. La confusión se presento y el resultado está a la vista.

La mañana del miércoles, el investigador del Colegio de la Frontera Norte, Víctor Espinosa Valle fue entrevistado en una televisora local para conocer su punto de vista sobre este brete electoral. Le preguntaron sobre las dificultades que tendrá el Trife para darle el triunfo a cualquiera aunque su salida fue digna de algún político de alto nivel. Experto en el tema, mesurado en e xtremo, aunque a veces audaz, Espinosa Valle no se atrevió a responsabilizar directamente al IFE sino repartió el enredo.

Si el IFE no fue capaz de divulgar con precisión las marcas que el elector debía plasmar en su boleta electoral para senadores, evidentemente es el culpable. Aún así Espinosa Valle dijo que es una responsabilidad compartida. En otras palabras tienen la misma culpa del IFE que los partidos políticos y los electores, por no poner atención.

Reverde

Otro que está a punto de estallar el llanto es Mariano Sanromán, un personaje que fungió como candidato a diputado por el quinto distrito electoral cobijado por las siglas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Éste hombre estaba convencido de lograr el triunfo en la elección del pasado domingo y despachar en una curul en el Palacio de San Lázaro.

El joven Sanromán nunca espero que su contrincante, el panista Juan Manuel Gastelum le aplicara un revés tan doloroso. De hecho hasta llego a subestimarlo. Durante las últimas horas este hombre ha cacareado que acudirá ante el Tribunal Electoral para defender su eventual triunfo.

Sin embargo, sus propios correligionarios aseguran que el joven Sanromán se guardó una buena parte de los recursos que le entregaron para realizar su campaña política. Éste hombre debió embolsarse  al menos la mitad del dinero que debió utilizarse para la compra de espectaculares y el pago de apoyos a participante en su campaña. Dicen que es tan "agarrado" que hasta quedó deber a las personas que ayudaron a repartir la mísera publicidad.

Mariano Sanromán se escucha contradictorio pues, por una parte, estaba seguro que ganaría  la diputación federal y con ello gozaría de todas las prebendas asignadas a los diputados federales.  En contraparte prefirió guardarse "un cacho" de dinero por si no tenía la suerte de alcanzar una curul. A esto se le llama incongruencia.

El señor Sanromán goza del apoyo del actual senador del PVEM Arturo Escobar, además de presumir la confianza de Eduardo Ledezma Romo, un diputado federal del verde popularmente  conocido como el Pochongo. Por cierto Sanromán relevó al Pochongo en la dirigencia estatal del PVEM . En pocas palabras se reparten el poder y se cogen las ganancias.

Avestruz

Ni media palabra ha dicho don Manuel Montenegro Espinosa, auditor superior del Órgano de Fiscalización del Estado (Orfis). Las críticas vertidas por Cicuta le han venido guantes. Don Manuel prefiere soportar  los señalamientos antes que reunirse con algún periodista para ofrecer información sobre su trabajo. No quiere que la sociedad conozca que se la pasa de vacaciones. Tampoco desea que la gente conozca que su actividad principal es escarbarse el ombligo.

Una persona cercana asegura que ha preferido voltear hacia otro lado si alguien le pregunta sobre el contenido de esta columna. Don Manuel no quiere leer y prefiere no oir. A parte de flojera tambien sordera. Vaya caso.

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Jaime Flores Martinez