Cicuta
Jaime Flores Martínez
Humos
Atrapados en la rebatinga por la rectoría de
Hace semana y media, Cicuta se refirió al nepotismo que dejo como herencia el ex rector Alejandro Mungaray Lagarda, quien despacha como secretario de desarrollo económico de Baja California. Y aunque la intención era denunciar los abusos de la catedrática Marcela Maldonado Bodart (titular de Movilidad y Prácticas Profesionales de
Molestos porque Mungaray intenta imponer a Felipe Cuamea en la rectoría, sus contrincantes habrían desatado una estrategia para denostarlo y meterle zancadilla al catedrático Cuamea. ¡Bola de malvados, hijos de la mala vida!, pudieron concluir los pensantes.
El viernes 12 Cicuta contactó --a través de interposita persona-- con Ana Bárbara Mungaray (hija de Alejandro Mungaray) encargada de Asuntos Internacionales y Política Internacional de
Ese mismo día también trascendió un escándalo por acoso sexual que involucra al catedrático mexicalense Luis Gerardo Hirales sobre empleadas de
Los analistas de Mungaray observaron que la información llegaba de dos frentes distintos. Esa era una oportunidad extraordinaria para probar sus capacidades en materia de medios de comunicación; corrieron a decirle a Mungaray que estaba en marcha una perversa campaña para denostarlo y reducir las posibilidades de Cuamea para llegar a la cúspide de la máxima casa de estudios.
Lo que no ha trascendido es que Luis Hirales, es el coordinador de campaña del candidato Cuamea hacia la rectoría. Ambos personajes son incondicionales de Mungaray. Si algún perverso se atrevía a señalar a Hirales como "acosador sexual", la lógica indica su trabajo resultaba incomodo para sus contendientes. Al menos ese fue el argumento que ofrecieron los pensantes. Mas sospechoso resultaba que el escribiente se hubiese referido a la protección que recibe la catedrática Marcela Maldonado Bodart, quien ocupa la mayor parte de su tiempo a fastidiarle la vida a maestros y alumnos. Aquí se reseñó que la maestra Maldonado está protegida por sus amigas Patricia Moctezuma y Ana Bárbara Mungaray Moctezuma, subdirectora de
El señor Mungaray, rehén de sus asesores, debe saber que el escribiente simpatiza con el arribo de Felipe Cuamea a la rectoría de
Reacción
¡Qué te pasa muchachito pendejo!, explotó el diputado bajacaliforniano Carlos Murguía Mejía, ante la impertinencia de su compañero de bancada, el mexicalense Eli Topete. El incidente se registró el miércoles pasado durante una reunión que sostuvieron los diputados del PRI con el alcalde electo de Mexicali Francisco Pérez Tejada, en un lujoso hotel cercano al edificio del Poder Legislativo.
El encuentro se realizaba en excelentes términos, hasta que el diputado Topete tomo la palabra para exigirle al alcalde electo que incorporara al ex diputado Enrique Acosta Fregoso como secretario de desarrollo social en el próximo gobierno. Testigos afirman que Topete asumió una postura insolente frente a Pérez Tejada, hasta el punto de advertirle que –de no aceptar esa exigencia—"se enfrentaría a la furia del poder legislativo".
Tan cuestionable acción fue interceptada por el también diputado Carlos Murguía Mejía, un abogado tijuanense dedicado a practicar la congruencia. ¿Qué manera de pedir las cosas? Pudo pensar Murguía, antes de reaccionar airado para beneplácito de Pérez Tejada. "Muchachito pendejo" le espeto Murguía mientras le regalaba una mirada lateral.
Desde el exterior, la reacción de Carlos Murguía se observa puntual, pues el joven Topete parece no entender que en política "la forma es fondo". Distinto hubiese sido que Eli Topete hubiese "sugerido" la integración de Enrique Acosta Fregoso al próximo gabinete municipal, aun con sus turbios antecedentes. Si alguien quiere apoyar al señor Acosta, entonces debería actuar de otra manera. Una cosa es pedir y otra es exigir. Tal vez, sin quererlo, el joven diputado Eli Topete echo a perder el ingreso de Acosta Fregoso o… ¿sería esa la intención?
Tormentosos
La tarde del viernes los diputados del PRI sostuvieron su enésimo encuentro con el gobernador del Estado José Guadalupe Osuna Millán. Una vez más se prometieron respeto mutuo y civilidad política; ahora ese pacto ya duró al menos el lluvioso fin de semana
Comentarios: cicuta45@gmail.com
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