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cicuta

 

Cicuta

Jaime Flores Martínez

Humos

Atrapados en la rebatinga por la rectoría de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), los brillantes asesores del ex rector Alejandro Mungaray Lagarda se han dedicado a "lavarle el cerebro" y tenderle la cama al catedrático Felipe Cuamea, favorito de Mungaray para suceder en la rectoría a Gabriel Estrella Valenzuela.

Hace semana y media, Cicuta se refirió al nepotismo que dejo como herencia el ex rector Alejandro Mungaray Lagarda, quien despacha como secretario de desarrollo económico de Baja California. Y aunque la intención era denunciar los abusos de la catedrática Marcela Maldonado Bodart (titular de Movilidad y Prácticas Profesionales de la Facultad de Economía), los estrategas de Mungaray interpretaron que esa columna formaba parte (hágame favor) de una campaña de desprestigio en su contra.  Y aunque así se interpretó , la realidad es distinta.

Molestos porque Mungaray intenta imponer a Felipe Cuamea en la rectoría, sus contrincantes habrían desatado una estrategia para denostarlo y meterle zancadilla al catedrático Cuamea. ¡Bola de malvados, hijos de la mala vida!, pudieron concluir los pensantes.

El viernes 12 Cicuta contactó  --a través de interposita persona-- con Ana Bárbara Mungaray (hija de Alejandro Mungaray) encargada de Asuntos Internacionales y Política Internacional de la Facultad de Economía. Ella estaba interesada en  conversar con Cicuta, aunque media hora antes del encuentro informo que no asistiría. Hasta los pensantes entendieron que alguien susurró  al oído de Mungaray; nadie debía moverse.

Ese mismo día también trascendió un escándalo por acoso sexual que involucra al catedrático mexicalense Luis Gerardo Hirales sobre empleadas de la UABC, Campus Mexicali. Se aludió su costumbre de "apapachar" a las damas y su habito de visitar sitios eróticos en internet. Este asunto se ha polemizado hasta el cansancio. Se han lanzado acusaciones directas contra el periodista Antonio Heras, sin reparar en las pruebas de su dicho.

Los analistas de Mungaray observaron que la información llegaba de dos frentes distintos. Esa era una oportunidad extraordinaria para probar sus capacidades en materia de medios de comunicación; corrieron a decirle a Mungaray que estaba en marcha una perversa campaña para denostarlo y reducir las posibilidades de Cuamea para llegar a la cúspide de la máxima casa de estudios.

Lo que no ha trascendido es que Luis Hirales, es el coordinador de campaña del candidato Cuamea hacia la rectoría. Ambos personajes son incondicionales de Mungaray.  Si algún perverso se atrevía a señalar a Hirales como "acosador sexual", la lógica indica su trabajo resultaba incomodo para sus contendientes. Al menos ese fue el argumento que ofrecieron los pensantes. Mas sospechoso  resultaba que el escribiente se hubiese referido a la protección que recibe la catedrática Marcela Maldonado Bodart, quien ocupa la mayor parte de su tiempo a fastidiarle la vida a maestros y alumnos. Aquí se reseñó que la maestra Maldonado está protegida por sus amigas Patricia Moctezuma y Ana Bárbara Mungaray Moctezuma, subdirectora de la Facultad de Economía y titular de Relaciones y Políticas Internacionales de esa facultad, esposa e hija de Alejandro Mungaray Lagarda.

El señor Mungaray, rehén de sus asesores, debe saber que el escribiente simpatiza con el arribo de Felipe Cuamea a la rectoría de la UABC. El señor Cuamea tiene una imagen pulcra, una carrera académica impresionante y un espíritu de servicio palpable. Los criticable es la forma que se ha utilizado para empujar a un personaje que no necesitaba demasiado apoyo; la capacidad y el talento de Cuamea no están a discusión. Las actitudes de Luis Hirales y Marcela Maldonado son situaciones reales que deben corregirse sin utilizar los talentos de algún neurótico que presume de estratega de medios de comunicación. Su visión ha sido torcida, quizá con alguna turbia intención.

Reacción

¡Qué te pasa muchachito pendejo!, explotó  el diputado bajacaliforniano Carlos Murguía Mejía, ante la impertinencia de su compañero de bancada, el mexicalense Eli Topete. El incidente se registró  el miércoles pasado durante una reunión que sostuvieron los diputados del PRI con el alcalde electo de Mexicali Francisco Pérez Tejada, en un lujoso hotel cercano al edificio del Poder Legislativo.

El encuentro se realizaba en excelentes términos, hasta que el diputado Topete tomo la palabra para exigirle al alcalde electo que incorporara al ex diputado Enrique Acosta Fregoso como secretario de desarrollo social en el próximo gobierno. Testigos afirman que Topete asumió una postura insolente frente a Pérez Tejada, hasta el punto de advertirle que –de no aceptar esa exigencia—"se enfrentaría a la furia del poder legislativo".

Tan cuestionable acción fue interceptada por el también diputado Carlos Murguía Mejía, un abogado tijuanense dedicado a practicar la congruencia. ¿Qué manera de pedir las cosas? Pudo pensar Murguía, antes de reaccionar airado para beneplácito de Pérez Tejada. "Muchachito pendejo" le espeto Murguía mientras le regalaba una mirada lateral.

Desde el exterior, la reacción de Carlos Murguía se observa puntual, pues el joven Topete parece no entender que en política "la forma es fondo". Distinto hubiese sido que Eli Topete hubiese "sugerido" la integración de Enrique Acosta Fregoso al próximo gabinete municipal, aun con sus turbios antecedentes. Si alguien quiere apoyar al señor Acosta, entonces debería actuar de otra manera. Una cosa es pedir y otra es exigir. Tal vez, sin quererlo, el joven diputado Eli Topete echo  a perder el ingreso de Acosta Fregoso o… ¿sería esa la intención?

Tormentosos

La tarde del viernes los diputados del PRI sostuvieron su enésimo encuentro con el gobernador del Estado José Guadalupe Osuna Millán. Una vez más se prometieron respeto mutuo y civilidad política; ahora ese pacto ya duró al menos el lluvioso fin de semana

Comentarios: cicuta45@gmail.com

 

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