Palco de Prensa
Las bondades legislativas.
Por : Gilberto LAVENANT
En tanto que sigue la controversia en la Cámara de Senadores respecto a la propuesta de reforma laboral, por aquello de la intención calderonista de aniquilar al sindicalismo, los funcionarios federales panistas, e incluso los estatales en Baja California, se han dedicado a acudir a todo tipo de eventos para hablar sobre las "bondades" de los pretendidos cambios legislativos.
Lo primero que destacan es que esto vendrá a aliviar enormemente el problema del desempleo, pues alentará a la inversión, a la creación de fuentes de trabajo. Sobre todo, al flexionar la contratación y despido de trabajadores, bajo los formatos de contratos a prueba, de capacitación o incluso por temporada u horas.
Y tienen razón. De elevarse dicha propuesta a rango de ley, en México habrá empleados de temporada, de días e incluso de horas. O simplemente a prueba o en períodos de capacitación. Al menos técnicamente, los sacarán del grupo de los desempleados. Ahora los agregarán al amplio sector de los de extrema pobreza.
Evidentemente, para Felipe Calderón, la fórmula más efectiva para acabar el problema de los desempleados, es matarlos de hambre. Que nadie diga que no se preocupó por acabar con los desempleados.
Por cierto, el pasado fin de semana, el Lic. Leonardo Martínez Delgado, Presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, acudió a la reunión del Colegio de Abogados "Emilio O. Rabasa", que preside el Lic. Benigno Licea, para hablar de las "bondades" de la propuesta calderonista de reforma laboral.
Conocedor del tema, el funcionario explicó detalladamente los diversos aspectos de la minuta aprobada en la Cámara de Diputados, quedando pendiente el tema de los sindicatos, aún sujeta a discusión en el Senado.
Los profesionales del derecho, incluyendo a estudiantes de facultades locales, escucharon con atención las explicaciones relativas a la formas de contratación y sobre todo a los pretendidos efectos en la creación de más fuentes de trabajo.
Martínez Delgado hizo referencia al trabajo decente y digno, que se pretende lograr con estas propuestas. Esto sirvió de base para que uno de los abogados le preguntara si es que, desde su punto de vista, el salario mínimo en México, es digno.
El invitado recurrió a explorar todos los posibles significados y enfoques del concepto de dignidad, sin responder el cuestionamiento. El abogado le insistía en que manifestara si es que el salario mínimo, es digno. Al final el funcionario reconoció que la pregunta era sumamente difícil de contestar.
Esto es solamente una muestra, o constancia, de que en torno a las supuestas bondades de las pretendidas reformas laborales, se ha hablado mucho, pero persisten muchas dudas e inquietudes. Sobre todo, aquellas relativas a las condiciones en que tendrán que vivir, o sobrevivir, trabajadores que sean contratados a prueba, por períodos de capacitación, por temporada, días u horas. En especial, por horas.
Dice el funcionario que cuando a un trabajador, se le contrate para laborar solamente unas horas, se le deberá pagar cuando menos el salario mínimo. Imaginen a un trabajador, que aunque lo contraten solamente por algunas horas al día, le paguen 62.33 pesos, que es el salario mínimo vigente en Baja California. Esa cantidad de dinero no le sirve ni para cubrir el costo del transporte público, mucho menos para su alimentación.
Algo que no se ha precisado, cómo es que la autoridad llevará el control de este tipo de contratos por tiempo. Incluso los contratos a prueba o bajo períodos de capacitación, tan usados, aunque no eran reconocidos por la ley. Ni tampoco se ha dicho si es que esos empleos temporales, darán derecho a los trabajadores de contar con seguridad social, o si los patrones cotizarán a favor de estos las cuotas del Infonavit.
Los patrones, que evidentemente serán los ganones en todo esto, pues podrán contratar y despedir trabajadores, sin responsabilidad alguna, no entienden que bajo este tipo de contrataciones, los trabajadores serán más pobres, y bajo tales condiciones, muchos optarán por realizar actividades ilícitas o, en el menos peor de los casos, labores informales.
Este es un círculo vicioso. Los mexicanos, sin empleo, tienen que buscar el sustento diario de sus familias. Si no lo logran en una fuente formal de trabajo, o los salarios que perciben, no satisfecen sus necesidades, pues tendrán que delinquir. Por hambre, o enfermedad, que casi es lo mismo, el individuo es capaz de todo.
Nadie ha dicho, que tengan intenciones de proponer la actualización del salario mínimo, para ajustarlo a la realidad de los mexicanos. Un salario que, como lo indica la Constitución General de la República, en el Artículo 123, que "deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos".
Nadie ha dicho, la intención de fortalecer la infraestructura del llamado Seguro Popular, a fin de que todos los mexicanos, sin excepción alguna, puedan hacer efectivo su derecho a la salud, contemplado en la Constitución federal.
Tampoco nadie ha dicho, sobre la posibilidad de crear un programa de fraccionamientos populares, que cuenten con los servicios básicos, en los que las familias puedan contar al menos con un pie de casa, con posibilidad de crecer y además un programa de créditos sin intereses.
Indudablemente que la pretendida reforma laboral calderonista, contempla enormes y fabulosas bondades. Sí, pero bondades para los patrones. Para los trabajadores, definitivamente los hará más pobres.
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